Blog del TP Final de la materia "Organizaciones, Medios y Sociedad". Maestría DirCom, UCES.

viernes, 23 de julio de 2010

Conclusiones finales

Kraft fue un hecho inédito donde participaron múltiples actores y cuya repercusión no fue menor. El costo político del conflicto, la intervención de nuevos actores y nuevas demandas en el plano sindical y el impacto directo del caso en la opinión pública son aspectos que no deben ser dejados de lado. Hablamos de efectos duraderos que todavía se perciben en el contexto político y social argentino (principalmente en término de permanentes demandas salariales y reivindicaciones laborales).

El análisis del caso y de otros casos que, sin lugar a dudas, podrían completar el conflicto vivido en el sector de las empresas alimenticias (Pepsico, Bagley, Stani, Cadbury, Arcor, entre otras) evidenció la necesidad que tuvieron trabajadores y delegados de conformar nuevas organizaciones que no obedezcan los cánones tradicionales y estén al margen de los sindicatos reconocidos por la CGT.[3]

Independientemente de la metodología adoptada por los trabajadores y del nivel de conflictividad social que reveló el caso Kraft, creemos que estamos en presencia de nuevas organizaciones sociales cuyo comportamiento colectivo resulta difícil de prever.

Durante nuestras publicaciones hemos intentado desarrollar esquemas conceptuales y multifactoriales que nos permitan entender cabalmente el problema.

Por eso, para concluir, nos parece apropiado recurrir a dos importantes ideas que vuelven mucho más rico el análisis. Uno es el axioma de la interacción simétrica y complementaria (Watzlawick, 1983) y el otro es el concepto de caja negra, en los términos que lo entiende la Teoría General de los Sistemas.

Aplicando el modelo propuesto por la Escuela de Palo Alto al caso que nos ocupa, observamos que en el conflicto de Kraft hubo una interacción simétrica entre los actores principales. Particularmente, la interacción se basó en una relación de autoridad, de diferencia, de los empresarios y dirigentes políticos sobre los trabajadores. Es, principalmente, en este intercambio aditivo donde debe comprenderse el conflicto. Porque si bien los delegados que representaron a los trabajadores en la comisión interna intentaron equilibrar este intercambio, siempre hubo un actor superior que se constituyó como autoridad (empresario, ministro, dirigente, juez, policía, etc.) sobre el obrero mismo.

Creemos que la débil meta-comunicación fue un factor clave que profundizó el conflicto y echó más sombras que luces para entender la naturaleza de sus interacciones. Múltiples preguntas deberían haber sido puestas en juego en el diálogo entre las partes y en su posterior análisis: ¿Qué espera una parte respecto de la otra? ¿Por qué me dice lo que me dice y cómo me lo dice? ¿Cómo podemos lograr una comunicación exitosa? ¿Quién ocupa cada posición y cuál es su “verdad”? ¿Quién detenta el monopolio de la “verdad” y cómo?

En numerosas oportunidades los medios de comunicación (principalmente la TV) dejaron de lado esas preguntas, presentando la información puramente como espectáculo (algunos de los videos publicados como ejemplo en el blog testimonian este rasgo). De alguna manera convirtieron a Kraft en una verdadera caja negra.

Por ello, el concepto de caja negra nos advierte que si conocemos el funcionamiento interno del caso, estaremos mejor preparados para comprenderlo en el complejo contexto de Organizaciones, Medios y Sociedad. Humildemente, nuestro trabajo avanzó en esa dirección.

[3] Un análisis muy similar podría explicar el conflicto de Felfort, con la organización “Pan y rosas” como emergente concreto.


Bibliografía utilizada

Bauman, Z. “La recuperación del espacio público”, en Página 12, Suplemento Radar, edición Domingo, 10 de febrero de 2002.

Berger, P. y Luckman, T. La construcción social de la realidad. Amorrortu, Bs.As. 1986.

Martini, S. Periodismo, noticia y noticiabilidad. Norma. Buenos Aires, 2000.

Watzlawick, P. y otro. Teoría de la comunicación humana. Interacciones, patologías y paradojas. Herder. Barceolna. 1983.

Wolf, M. Los efectos sociales de los media. Paidós. Barcelona. 1994.

Síntesis del desarrollo

A modo de síntesis final, ¿por qué estamos hablando de nuevas ORGANIZACIONES?

Sin duda, el permanente cortocircuito que hubo en las negociaciones entre los delegados de Kraft y los actores restantes (los empresarios, el Gobierno y el sindicato de la alimentación) contribuyó a fortalecer y radicalizar la posición de la comisión interna de Kraft.

El lento accionar del Gobierno, la falta de diálogo, el clima tenso que arrojó la represión del gobierno bonaerense, las medidas judiciales en contra de los trabajadores la minimización del conflicto por parte de dirigentes político-sindicales, los efectos sobre la economía nacional e internacional y la dura posición adoptada por la empresa son algunas de las variables que expresan la complejidad (multivariable) del problema.

En tanto que las medidas extremas tomadas por los trabajadores mostraron los efectos duraderos que tuvo la protesta, que incluso hoy se materializa en reclamos salariales.

Este artículo de Crítica de la Argentina deja a las claras que la CGT y los líderes tradicionales (afiliados a un partido de base peronista o alineados con el poder de turno) ya no son los únicos interlocutores en conflictos de carácter obrero-industrial. Y que esa tendencia se multiplica en varios sectores.

El surgimiento de estas nuevas organizaciones obreras, imprevistas y extendidas en diversas empresas multinacionales, refuerzan nuestra premisa de investigación y el prisma con la que hemos mirado el caso: el pensamiento multi-factorial.

Recordemos que la hipótesis planteada al comenzar nuestra investigación consiste en afirmar que recientemente están proliferando en Argentina otros actores que tienen mucho más peso en los conflictos sindicales tales como representaciones obreras no alineadas, comisiones internas u organizaciones que se desarrollan por fuera de los gremios o la propia CGT.

De acuerdo a la evidencia disponible, creemos que se cumple nuestra hipótesis.


Para profundizar aún más sobre la compleja interacción entre los distintos actores del conflicto, recomendamos consultar algunos artículos complementarios:


La lucha de Kraft-Terrabusi


Es el dato del caso Kraft: Nació la 3ra. central obrera (que ya fue a escrachar a la UIA)

The Wall Street Journal: Kraft es un “dolor de cabeza” para el Gobierno



Otro video de bonus track. Fuente: Duro de Domar, Canal 9.

El Caso Kraft en la agenda pública

Partiendo de la base de los efectos sociales que produjo el caso Kraft, intentaremos pensar la construcción del hecho desde los medios masivos de comunicación, principalmente de la gráfica.

Siguiendo a Mauro Wolf, debemos estudiar cómo los media contribuyen a la construcción social de la realidad, focalizando la atención analítica en el impacto de sus representaciones simbólicas. Porque dichas representaciones se utilizan como recursos para elaborar sistemas de conocimiento de los consumidores (Wolf, 1994, P. 113-114).

Entonces, ¿cómo construyó el conflicto cada medio de acuerdo a su contrato de lectura? ¿qué percepciones generaron y en qué medida las noticias tuvieron una función social? Contestar estas preguntas no es sencillo, no obstante es interesante entender qué lugar le dieron los medios a las distintas voces participantes: delegado de la comisión interna de la empresa, sindicalistas alineados con el Gobierno, Ministro de Trabajo y dirigencia política en general.

En este testimonio de la crónica de Página 12, el delegado Ramón Bogado (líder de la Comisión Interna) contribuye a reforzar lo que entendemos como una tipificación tratada en el posteo “construcción social del hecho”. Según el testimonio del delegado, la empresa trató a las trabajadores de “delincuentes” y no atendió ningún tipo de demanda (ni siquiera de embarazadas o madres que no tenían con quién dejar a sus hijos en plena pandemia de gripe A). La justificación, según los obreros, fue la racionalización del trabajo mediante la implementación del sistema americano de 12 horas, ya aplicado en la planta de San Luis (un dato curioso fue que el paro lo hizo el turno tarde pero echaron a empleados de todos los turnos).

Los despedidos sostuvieron casi 40 días de toma, con actividad productiva sólo en dos jornadas, porque contaron con el apoyo mayoritario del resto de los trabajadores que conservaron sus puestos.

La empresa argumentó que los trabajadores aplicaron medidas violentas y extremas (tomando de rehenes a trabajadores administrativos y frenando la producción) y avasallaron el derecho de trabajar que tenía el resto del plantel. Estos atributos (propiedad privada, seguridad jurídica, derechos particulares, etc.) fueron tenidos en cuenta principalmente en el diario La Nación, considerando el contrato de lectura que mantiene con sus consumidores.

En cambio, Página 12 enfatizó las declaraciones del titular del gremio de la alimentación, Rodolfo Daer, y del líder de la CGT, Hugo Moyano, quienes afirmaron que el conflicto fue “ideologizado”, contribuyendo a profundizar las diferencias con los obreros de Kraft. Este mismo argumento fue esgrimido por Luis D’Elia quien -en la nota de Perfil- expresó que “es simplemente el conflicto de una empresa de capitales transnacionales, que por esas cosas de la comunicación Argentina, pasó a tener una entidad como si fuese la Revolución Rusa”.

Pero en la nota del diario La Nación que lleva el título “Más allá de Kraft”, se afirma que la CGT ha monopolizado la representación sindical con el auxilio del Gobierno, asfixiando todo disenso. Esto explicaría la necesidad que tienen algunas empresas de crear comisiones internas que no necesariamente se vean representadas por los sindicatos oficiales y que los critican duramente por su burocracia y connivencia con el poder.

En cuanto a la posición del Ministro de Trabajo Juan Carlos Tomada, en esta nota publicada por Clarín, puede apreciarse cómo intentó poner paños fríos a la situación y llamar permanentemente a la “paz social”. Su principal argumento fue que ya hubo otros conflictos en Argentina como el de Kraft. Sin embargo, ya hemos expresado las características inéditas del caso (en el próximo post puede consultarse un artículo de The Wall Street Journal, el cual afirma que “Kraft fue un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno”).

Respecto a la cúpula presidencial, desde un acto en Córdoba realizado a fines de septiembre de 2009, Cristina Kirchner cuestionó sin mencionar las protestas de los trabajadores de Kraft y reprobó que se impida el “derecho a circular, estudiar y trabajar”.


En su primera aparición pública después de la represión, en las puertas de la fábrica Kraft, la presidenta cuestionó sin nombrarlos a los trabajadores que fueron reprimidos y quedaron detenidos por reclamar la reincorporación de 155 despedidos. Durante el acto fue contundente. “Tenemos que terminar de promover la organización para impedir el ejercicio de los derechos de los otros, tenemos que organizarnos para ejercer nuestros propios derechos, que nunca pueden pasar por impedir que otro circule, trabaje o estudie, porque hace a la libertad”, afirmó.

Por último, un hecho que enrareció aún más el conflicto fue la reunión que mantuvo la mandataria argentina con la secretaria de trabajo de EE.UU. (Hilda Solis) el 8 de octubre de 2009, sin asumir que uno de los temas de la agenda fue el conflicto de Kraft y restándole importancia al asunto (ver esta referencia de Infobae).

Consideramos que las distintas posiciones y voces de los actores, fueron dejando “huellas” en otras noticias, comentarios y debates. Estos efectos son, para Stella Martini, sumamente importantes en términos de formación de la opinión pública (Martini, 2000, P. 86). A partir de estas huellas, que después de todo son representaciones simbólicas, los consumidores de medios fueron integrando sus propias experiencias (definiciones de la “realidad”) con los contenidos valorados por los media en una dinámica relacional (Wolf, 1994, P. 115).

¿Cómo podemos entender los efectos del acontecimiento sobre la sociedad siguiendo la propuesta de Martini?

Debemos analizar los valores-noticia involucrados. En ese sentido, hubo varios valores que deben destacarse: originalidad, imprevisibilidad e ineditismo (el hecho operó con fuerza en los imaginarios sociales y significó una amenaza a la estabilidad social); evolución futura de los acontecimientos (el hecho entró en una serie y su carácter de noticiable creció conforme avanzó en el tiempo), importancia y gravedad (fue una noticia nacional que preocupó a diversos actores sociales y políticos) y, por último, proximidad geográfica del hecho a la sociedad (Gran Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Bs.As.).

jueves, 22 de julio de 2010

El conflicto se hace notorio en el espacio público

En el artículo “La recuperación del espacio público” (2002), Zygmunt Bauman describe cómo en la actualidad existen diversas preocupaciones privadas que sufren los individuos, que no se condensan en una preocupación pública en común. Para recuperar el espacio público, Bauman propone sumar esas pequeñas voces y pequeñas causas, avanzar en esas preocupaciones y unirlas entre sí para que una gran voz se haga escuchar entre los administradores del espacio público (los políticos).

Ahora bien, ¿cómo se relaciona el planteo de Bauman con el caso Kraft? Sin duda, creemos que Kraft se transformó en una causa de trascendencia nacional que tiene muchos matices en el espacio público. Los factores que nos permiten realizar esta afirmación son:

a) La entrada del caso en la agenda pública-mediática con una notable repercusión en medios gráficos, radiales y televisivos a nivel nacional. El hecho fue noticia de tapa y mereció comentarios de la propia presidenta y sus ministros. Convengamos que por la naturaleza y excepcionalidad del acontecimiento, la cobertura del hecho se inscribió en una serie, que se mantuvo en el tiempo (Martini, 2000), especialmente desde agosto hasta octubre de 2009.

b) La profundización de las medidas adoptadas por los trabajadores y sus efectos: cortes de rutas, avenidas y calles; movilizaciones en pleno microcentro; asambleas; toma de la planta; coordinación con trabajadores de otras empresas alimenticias (de Bs. As. y Córdoba), etc. Como ejemplo notorio, los trabajadores de Pepsico y Stani dieron su apoyo y se sumaron a los cortes en la Panamericana.

c) Solidaridad de otros actores (no implicados directamente en el conflicto) con los trabajadores, siempre bajo el lema de “No a los despidos en Terrabusi”. Ej. de estos actores: familiares de trabajadores, organizaciones obreras y estudiantiles, organismos de DD.HH., diputados, personalidades del arte y de la cultura, etc. En la nota “La historia de una huelga” de Página 12, se pueden encontrar referencias de este aspecto.

En general, la causa siempre estuvo asociada por el ciudadano común a la “ex-Terrabusi”, más que a “Kraft”. En el imaginario colectivo, muchas de las organizaciones que acompañaron a los trabajadores, concibieron más la lucha de lo que para ellos sigue siendo una fabrica nacional, en lugar de una empresa trasnacional (incluso en varias cadenas de e-mails y comunicados difundidos vía Web se incentivaba a los usuarios a no consumir productos de Kraft como acto de solidaridad).

d) Intervención política de actores inéditos. No sólo intervinieron los empresarios, el Gobierno y los sindicatos (como actores esperables en el conflicto) sino también la Embajada de EE.UU.

e) Cuestionamientos a esta apropiación del espacio público (por parte de algunos medios de comunicación, de los ciudadanos que debían circular por allí, los empresarios y el Gobierno). En este aspecto, las medidas no eran compartidas por diversos actores y entraban en conflicto con los intereses particulares de dichos grupos, generalmente basados en la seguridad jurídica y la propiedad privada (véase Nota Editorial de La Nación, columna “Más allá de Kraft” del mismo diario y video de C5N al final de este post).


¿Por qué Kraft es como un efecto mariposa?

Como vimos en el esquema desarrollado en el post anterior, la gripe A desencadenó un conflicto que estaba cobrando efervescencia, ya que los trabajadores de Kraft venían realizando huelgas un mes antes de los despidos y exigiendo mejores condiciones laborales.

¿Cómo fue que un conflicto por despidos generó tal efecto? Algún tipo de respuesta a esta pregunta podemos encontrar en el carácter de las medidas de fuerza adoptada (corte de un centro neurálgico como la Panamericana, que molesta a miles de automovilistas que circulan diariamente), a las reacciones de parte de poder (represión policial, denuncias penales, politización/ideologización del conflicto, acusaciones mutuas, etc.) y a la constante solidaridad de diversos actores sociales y figuras públicas con los damnificados, cuestiones que merecieron especial atención de parte de los medios.

En este sentido, creemos que las consecuencias del caso (efecto Kraft ) fueron claramente amplificadas por los medios de comunicación y la opinión pública, actores centrales que conversaron sobre el tema y lo jerarquizaron diariamente en su propia agenda (Martini, 2000).




Para C5N el corte de Kraft es un ejemplo de “dictadura de minorías”. Fuente: Noticiero C5N.